La desaceleración económica que tuvo Colombia el año pasado por cuenta de las altas tasas de interés y la inflación también pasó cuenta de cobro a la industria siderúrgica.
El director ejecutivo de la Cámara Colombiana del Acero, Camacero, David Barros, dijo que el consumo de acero retrocedió 8% el año pasado por la caída en las ventas de las viviendas VIS.
¿Cómo le fue a la industria del acero el año pasado?
A raíz de que la construcción decreció, la demanda en lo que tiene que ver con vivienda, sobre todo la vivienda de interés social, bajó de una manera importante, por la menor designación de recursos para los subsidios.
La industria del acero, el año pasado, bajó en su consumo nacional alrededor de 8%. Si la construcción no está bien, pues, por supuesto, todos los materiales de construcción que se utilizan para el desarrollo de los proyectos constructivos, también se van a ver enormemente perjudicados.
Creemos que si el Gobierno hace un uso eficiente en la asignación de los subsidios para este año, la construcción se verá estimulada nuevamente y, por lo tanto, a la industria del acero.
¿Cómo afectaron las tasas?
El tema de las altas tasas de interés y la inflación, todo eso, son impactos variables que influyen en un momento dado en que la demanda se vea afectada en Colombia.
Los precios subieron en pandemia porque las cadenas de suministro se vieron afectadas a nivel mundial. Sin embargo, en este momento los precios del acero están más estables y creemos que durante el resto del año van a seguir así, de tal manera que eso también puede contribuir para que este año los proyectos de infraestructura que se tienen puedan llevarse a cabo, y sobre todo en la parte de la construcción de la vivienda de interés social.
¿Qué esperan para la producción este año?
Si las tasas de interés bajan, se verá reflejado en la realidad de los precios y los créditos para que las viviendas también puedan ser más asequibles para el usuario final.
En este momento, todavía no se ve una caída en las tasas de interés para el sector de la vivienda. Creemos que si esto ocurre, va a incidir positivamente en una mayor demanda de acero, porque va a haber más proyectos constructivos.
¿Cuál es la meta que proyectan para este año?
Hay que tener en cuenta el consumo nacional aparente, que es lo que Colombia consume en acero. Entonces, este consumo nacional aparente está compuesto por las importaciones y la producción local y se le restan las exportaciones.
En ese sentido, Colombia es un mercado deficitario, es decir, necesitamos más acero del que produce el mercado. Por esa razón es que se importa.
Pero creemos que si todo sale bien, deberíamos recuperar el consumo nacional aparente de años anteriores, llegando a 3,6 millones o 3,7 millones de toneladas en su consumo.
¿Cuánto se importa?
La importación puede ser del 40% a 50% en el año. Entonces, creemos que de acuerdo al consumo nacional aparente del año anterior, que estuvo en alrededor de 3,4 millones de toneladas, cayó con respecto al consumo de 2021 y 2022.
Otra cosa que también puede afectar al consumo del acero es la tendencia a nivel global. Esas son cosas que no podemos controlar y que inciden directamente en los precios del acero.
De hecho, actualmente algo que está impactando todavía es la guerra en Ucrania y el hecho de que las cadenas de suministro se puedan ver afectadas por eso.